En 1992, relativamente desapercibida entre los numerosos actos de aquel año, el Museo del Prado organizó una pequeña y selecta exposición: David Teniers, Jan Brueghel y los gabinetes de pinturas. En ella se expusieron una treintena de ejemplos de pintura de gabinetes y también un libro, un libro concebido para ser mirado, no para ser leído. En el otoño de 2006, el Instituto Courtauld de Londres, aprovechando que contaba entre sus fondos con una parte significativa de los materiales empleados en su elaboración, dedicó a ese libro una exposición monográfica, David Teniers and the Theatre of Painting.
La historia de ese libro singular arranca muchos años atrás, hacia 1650, cuando con poco más de 40 años, David Teniers, pintor de éxito, perteneciente a una familia de pintores de renombre, dejó su próspero estudio de Amberes para asumir en Bruselas el cargo de pintor de cámara del archiduque Leopoldo Guillermo, gobernador de los Paises Bajos españoles desde 1646, que en esa época venía reuniendo una magnífica colección de pintura. Entre sus primeras actividades se le encomendó la elaboración de una serie de lienzos que reprodujesen la galería de pinturas del archiduque, con objeto de ser enviados a varios destinatarios escogidos. Una de estas galerías se encontraba ya en 1653 en el Alcázar de Madrid, destinada a su primo Felipe IV, a cuya designación debía su cargo.
Pocos años después, hacia 1655, Teniers se embarcó en un proyecto sin precedentes impresos, la publicación de una selección de la colección del archiduque en un libro de estampas. Para ello emprendió la copia sistemática al óleo de las pinturas seleccionadas, con objeto de que sirviesen de modelo a los grabadores que iban a tomar parte en el proyecto. Gran parte de esas réplicas en pequeño formato, conocidas como pasticci o modelli en la literatura especializada, se conservan todavía en la actualidad en múltiples colecciones públicas y privadas, y reproducen los mejores originales del fondo italiano de la colección del archiduque, procedentes en su mayor parte de la colección del duque de Hamilton, y con anterioridad de la de Bartolomeo della Nave. En 1656, Leopoldo Guillermo fué sustituido en el gobierno de Flandes por Don Juan José de Austria, hijo natural de Felipe IV, y abandonó Bruselas para regresar a Viena. Con él partió su colección, que a la larga acabaría formando parte del Kunsthistorisches Museum, aunque por la correspondencia de sus allegados se sabe que ciertos cuadros permanecieron allí unos meses más para ser copiados. Esos años parecen haber sido muy agitados en la vida del pintor. En 1655 es nombrado ayuda de cámara del gobernador. En 1656 fallece su esposa. Pocos meses después vuelve a casarse. En ese tiempo debe haber asumido también como propia la empresa de la publicación, si no lo era ya desde el principio.
El resultado de todo ello, El Teatro de pinturas de David Teniers... En el qual se representan, bosquejados por su mano y esculpidos por su cuenta, los originales italianos que recogió el Sereníssimo Archiduque en su Sala de Pinturas en la Corte de Bruselas, -que viene siendo considerado primer catálogo impreso en Europa de una gran colección artística-, salió finalmente a la luz en 1660, en gran folio y con portada y preliminares en cuatro idiomas, latín, español, flamenco y francés.
Imagen de las portadas en cada uno de los cuatro idiomas,
David Teniers and the Theatre of Painting, Londres, 2006, p.81.
TENIERS, DAVID, Le Theatre des peintvres de David Teniers, natif d’Anvers, peintre, et ayde de chambre des Serenissimes Princes Leopolde Guil., Archiduc & Don Iean d’Austriche. Auquel sont representez les desseins tracés de sa main & gravés en cuivre par ses soins, sur les originaux italiens que le Serme. Archiduc à asemblé en son Cabinet de la Cour de Brusselles. Dedie audit Prince Serme. Leopolde Guil., Archiduc, & c., A Bruxelles, aux despens de l’Avthevr, anno M.DC.LX., Auec Priuilege du Roy. A Anuers, on les vend chez Henry Aertssens, Imprimeur.
1 fol.(de 4), 230 fols. (420 x 250 mms.), sin numerar. Con portada grabada con las armas del archiduque y otras 246 estampas calcográficas, 7 a doble folio, todas ellas con marca de agua que no aparece en los folios simples (y que todavía no me he preocupado de identificar, aunque sí de verificar que figura en otros ejemplares de la edición).
Papel con rastro de antigua humedad en portada, alguna hoja esporádicamente oscurecida, algún leve rasguño ocasional, en general muy bien conservado.
Encuadernación en marroquín rojo, lomo con nervios, dorado con florones, paletas y otros hierros menores, Oeuvres de Teniers en tejuelo negro; orlas de gusto neoclásico en los planos, afeados en el centro con sellos posteriores de biblioteca institucional estampados en seco (posterior) y oro (anterior), filetes en cejas, ruedas en contratapa, guardas coetáneas en papel de aguas con sellos de la misma biblioteca y nota de cancelación, cortes dorados; quizás realizada en Francia al final del siglo XVIII.
En lo que podría ser descrito como ejemplar-tipo de la edición, tras la portada, los breves preliminares incluían, en tres hojas, una dedicatoria de Teniers “A los curiosos en el arte”, el extracto de una carta recibida por él en la que se describe de forma sucinta la disposición de la colección ya en Viena, y un listado de los pintores representados en la colección, pero no en el Teatro. A continuación, sin más texto, un frontispicio dedicado a Leopoldo Guillermo iniciaba la serie de 243 estampas representando otras tantas pinturas seleccionadas del fondo italiano de la colección, la mayoría a una plana, seis a doble página y 30 agrupadas en 16 páginas, de dos en dos, y ordenadas, probablemente, por pintores y escuelas. Todas las estampas registran las medidas del lienzo que reproducen en el centro del margen inferior, con objeto de que quien quisiera “saber la proporción de cualquier original, podrá compassarla sobre los pies o palmos señalados en márgenes”. Al término de la serie, una estampa también a doble página de la Galería del palacio Stallburg situaba la ubicación definitiva de los originales en Viena, y por último, a modo de colofón, un retrato de Teniers.
Puesto que la documentación externa aporta muy pocos datos, la mayor parte de lo que se conoce sobre el Teatro de pinturas se extrae del propio libro. Uno de los grabados a doble plana, la copia de Diana y Calisto del taller de Ticiano, lleva la fecha de 1656. El frontispicio, la de 1658. El retrato de Teniers, la de 1659. Margret Klinge enumera estas fechas y documenta una más, un pago parcial de 1657 que parece estar relacionado con la preparación del Teatro. De estos datos, y de la declaración del propio pintor en su dedicatoria, -”sobre los demás estorvos, la partida de mi clementíssimo señor y mecenas por Alemania, me quitó la ocasión de perficionar y acabar mi intento”-, se sabe que el proyecto se extendió durante más de cuatro años y que se vió alterado por el relevo del archiduque austriaco en el gobierno de Bruselas. La autoría de las pinturas originales y de los grabados está escrupulosamente indicada en el margen inferior de cada plancha con las fórmulas pinxit y sculpsit, respectivamente, tras el nombre de cada autor. En alguna ocasión son sustituidas por las fórmulas inventor y fecit. La autoría del modelo utilizado por el grabador no está indicada, salvo con la indicación delineavit cuando ese modelo no fuera de Teniers. De ahí, y de la mención en la carta preliminar, se conoce que 26 grabados “de las pieças italianas nuevamente cobradas por su Alteza Sereníssima” fueron realizados ya en Viena por Van Hoÿ (6), Van den Steen (9) y Ossenbeck (11) sobre dibujos del propio Van Hoÿ. Todos los demás fueron hechos por otros 9 grabadores de Amberes y Bruselas: Jan van Troyen (55), Lucas Vorsterman el joven (51), Pieter van Lisebetten (40), Coryn Boel (29), Theodoor van Kessel (27), Johannes Popels (9), Coenraad Lauwers (2), Remoldus Eynhoudts (2) y Wenceslaus Hollar (1), sobre modelos de Teniers. El último por Dominicus Classens (1), sobre un modelo propio. Todos ellos hacen 243. Unidos al frontispicio, la galería Stallburg y el retrato, 246 grabados, en 230 hojas sin numerar. Se han documentado en los ejemplares conservados diversas variantes: hay ejemplares con la portada y las tres hojas de preliminares en un idioma, en varios, o en los cuatro; alguno de los descritos en la bibliografía carece, como éste, de esas tres hojas; algunos ejemplares llevan una estampa a doble folio de la Piedad de Annibale Carraci grabada por Van den Steen sobre modelo de Van Hoÿ; otros presentan la misma obra a folio simple grabada por Lisebetten; algunos recuentos reseñan sólo 25 grabados de Boel, por 56 de Troyen, 52 de Vorsterman y 11 de Van den Steen, y de ser correctos serían varios los originales duplicados; según alguna fuente, los folios con dos grabados serían 15, y no 16; también la disposición de estos grabados pareados en la página parece estar trastocada en algunos ejemplares. Todos estos datos, y la propia naturaleza de la edición, hacen difícil aplicar aquí los conceptos habituales de emisión o estado, hasta el punto de que la principal biógrafa de Teniers ha llegado a comentar que cada ejemplar conservado parece único. Como es lógico, el paso del tiempo ha ido acentuando esta singularidad. Muchos ejemplares han sido reencuadernados en los siglos XVIII o XIX, cambiando quizás el orden de las estampas, distribuyéndolas, como en éste ejemplar, por formatos, o con otros criterios. En algunos volúmenes se han incorporado grabados que no pertenecen a la serie original de 243, y con frecuencia los ejemplares se han conservado incompletos, sin la serie íntegra.
Teatro de Pinturas, frontispicio.
Grabado de Troyen sobre modelo original de David Teniers.
Teatro de Pinturas, galería Stallburg.
Grabado de Van den Steen sobre dibujo original de Van Hoÿ.
Había pensado escribir sobre el valor histórico del libro, -que ha permitido documentar pinturas hoy perdidas-, sobre su lectura técnica, -que al reunir una muestra tan amplia permite apreciar el arte del grabado y los diferentes estilos de cada grabador, desde quien trabaja preferentemente la talla ordenada a buril hasta quien utiliza exclusivamente el aguafuerte trabajado al modo libre-, sobre su resultado artístico final, que aúna estampas que desmerecen por completo de sus originales con otras que los representan dignamente, y en algunos casos, cuando reproducen originales secundarios, y quizás porque la diferente técnica de representación hace que estas imágenes puedan ser vistas de otra manera, llegan a adquirir en su versión grabada una sutileza o una fuerza expresiva que cuesta apreciar en los lienzos correspondientes de la colección del archiduque. Entonces he mirado el bello grabado de Coryn Boel representando el Rapto de Ganímedes, que reproduce una copia al óleo probablemente mediocre del hermoso dibujo que Miguel Ángel dedicó a Tommaso Cavalieri, y he pensado que nada de lo que se me pueda ocurrir mejora la sencilla contemplación de estas estampas. Al cabo, es un libro para mirar.
Annibale Carracci, La piedad.
Grabado de Lisebetten sobre modelo de David Teniers.
Tiziano, Dánae.
Grabado de Lisebetten sobre modelo de David Teniers a partir del original, hoy en paradero desconocido.
Rafael, Santa Margarita.
Grabado de Troyen sobre modelo de David Teniers.
Miguel Ángel, Rapto de Ganímedes.
Grabado de Boel sobre modelo de David Teniers a partir de una copia al óleo del dibujo de Miguel Ángel.
Antonello de Messina, San Sebastián.
Grabado de Vorsterman el joven sobre modelo de David Teniers, a partir del original
del retablo de San Casiano de Venecia, hoy perdido.
Domenico Fetti, Andrómeda y Perseo
Grabado de Van Kessel sobre modelo de David Teniers.
Guido Reni, María Magdalena.
Grabado de Van den Steen sobre modelo de Van Hoÿ.
Veronés, Rapto de Deyanira por el centauro Neso.
Grabado de Boel sobre modelo de David Teniers.
Veronés, Adán y Eva tras la expulsión del Paraíso.
Grabado de Troyen sobre modelo de Teniers.
Tiziano, Diana y Acteón.
Hoy, cuando el superficial mito del artista maldito subsistiendo precariamente se ha convertido en un arquetipo reiterado al hablar del arte, no será fácil para algunos situar a un pintor como Teniers, bien alimentado, lujosamente vestido, que se retrata portando orgullosamente la llave que alude a su cargo de ayuda de cámara del gobernador de Flandes, favorecido por la monarquía hispánica, fundador de la Academia de Pintura de Amberes, reconocido en vida. Aunque se queja de su edad justificando en su carta preliminar el haber publicado sólo una fracción de la colección de pinturas, -“echarán de ver quanto tiempo y trabajo no hubiera costado el dibuxarlas todas, más en mi edad, ya cargado de años que soy”-, lo cierto es que trabajó hasta los setenta y tantos años, y pudo vivir hasta la entonces poco frecuente edad de ochenta. En ese tiempo pudo ver nuevas ediciones de su libro, y tal vez intervenir en alguna de ellas.
Retrato de David Teniers. Grabado de Vorsterman el joven sobre modelo original de Petrus Thÿs.
Los ejemplares de la primera edición del Teatro de pinturas debieron ser distribuidos con cierta facilidad desde Amberes por el impresor Henrique Aertssens, cuyo nombre figura al pie de portada, y por Abraham Teniers, hermano del pintor, como figura al pie del frontispicio y del retrato de su hermano, o quizás la tirada no fué muy alta, por lo que en 1673 salió una segunda edición editada por la viuda de Abraham, manteniendo la emisión en cuatro idiomas y numerando por primera vez los 246 grabados en las planchas, como desde entonces se mantendría en todas las posteriores. En 1684, Jacobus Peeters, que había participado en la segunda, editó una tercera edición, solamente en latín. Tras el fallecimiento de Teniers, Henrico y Cornelio Verdussen publicaron una cuarta, hacia 1692, y ya en 1755, cuando este tipo de publicaciones de arte habían llegado a ser más frecuentes, se editaron 50 ejemplares de una quinta, en Amsterdam y Leipzig, exclusivamente en francés. En la actualidad se conservan varios ejemplares de la primera edición en diversas bibliotecas y museos europeos y norteamericanos, y al menos tres, como un ejemplar de la Hofbibliothek de Viena, encuadernados con las armas del archiduque, lo que ha sido interpretado como un indicio de que el libro, -como las Galerías-, quizás se hubiera concebido originalmente para ser difundido entre unos pocos destinatarios, antes de que Teniers hubiera asumido su publicación. También aparece ocasionalmente en el mercado internacional. En nuestro país, el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español registra dos ejemplares faltos de muchos grabados en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y otro con las cuatro portadas en la Fundación Lázaro Galdiano, que se llevó a la exposición de 1992, en cuyo catálogo se cita como incompleto. Existe al menos otro más, aparentemente completo, en la Biblioteca del Instituto Diego Velázquez, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, por ahora no registrado en el CCPBE. No parece haber tenido nunca una amplia difusión en España, pese a la emisión en castellano de las dos primeras ediciones. Este ejemplar procede de Londres, y su contemplación se mezcla con el recuerdo de un hermoso viaje.
Realmente un festival para la vista. Gracias por darnos noticia de este libro que intentó aproximar el arte a otros muchos que no podían acceder a las colecciones privadas. ¡Y pensar que es el mismo objetivo de muchos libros de arte actual!
ResponderEliminar¡Bellísima joya! enhorabuena por el ejemplar hermoso en contenido y vestido con una preciosa encuadernación francesa del XVIII, como bien indicas.
ResponderEliminarLas grecas de los planos hacen pensar que el ejemplar fue reencuadernado a final del XVIII: ¿taller de Bozerian?
Pieza fabulosa, monumental y además tocada con el recuerdo de un viaje, ¡no puedes pedir más a un libro!
¡Saludos y felicitaciones bibliófilas!
¡Que maravilla!
ResponderEliminarUna obra de arte sobre papel y un increíble documento histórico. Sobre todo, que como mencionas, ahora el libro es el único testigo de la existencia de algunas pinturas.
Los grabados son de una belleza extraordinaria.
Gracias por compartir tan hermoso libro
Galderich, lo que comentas de hacer accesible el arte es un tema que me llama la atención desde que conozco el libro. Eso parece inicialmente, pero aún así me pregunto qué tirada debió tener, y qué clientela, habida cuenta de que el formato, e imagino que el coste, tampoco facilitaban su distribución.
ResponderEliminarPor tal joya lo tengo, Diego, y muchas gracias por darme tu opinión sobre la encuadernación, bastante más autorizada que la mía. En esa materia soy bastante ignorante, haciendo bueno desgraciadamente el comentario de Carlos Clavería sobre ese cierto desinterés de los bibliófilos españoles por tal tema, en su ameno libro sobre encuadernaciones antiguas. No está firmada, como creo que lo están la mayoría de las de Bozerian, pero en efecto me da la impresión de que debe ser coetánea a su trabajo, quizás de otro taller. El librero me comentó que también podría ser inglesa, pero no me lo parece.
En efecto, Marco, muchas de las pinturas reproducidas en el libro están hoy, por distintas razones, en paradero desconocido, no se sabe si perdidas definitivamente. He puesto dos de ellas, las de Tiziano y Antonello de Messina. Otras, pocas, parecen haber sido destruidas durante la Segunda Guerra Mundial. He puesto enlaces a las imágenes de algunos originales en su ubicación actual, para que se puedan contrastar con los grabados. Resulta curioso.
Saludos, y gracias por vuestros comentarios.
Pues podría ser inglesa también.
ResponderEliminarA favor de la tesis inglesa: los motivos de los hierros del lomo son más ingleses que franceses y el marroquín negro del tejuelo podría serlo también. No puedo describir literalmente la diferencia entre un tejuelo en marroquín negro del XVIII de un libro inglés de uno francés pero observándolo siempre se aprecia. También es más común el tejuelo en marroquín negro en las encuadernaciones inglesas del XVIII que en las francesas.
A Favor de FRancia y posible Bozerian está fundamentalmente la greca de los planos, muy Bozerian.
Sea inglesa o francesa es soberbia y las dimensiones del ejemplar la hacen todavía más magnífica.
Saludos bibliófilos.
...viendo los tipos del título en el tejuelo en efecto parecen ingleses: más geométricos, rectos...
ResponderEliminarMe inclino por la tesis inglesa, sujeta a ver y palpar el marroquín...
He buscado la descripción del librero, que decía literalmente "The binding is in English or French full dark red grained morocco". También escribí a la biblioteca de procedencia por si tenían en su archivo datos sobre el ingreso del libro (y no sólo por eso, también para saber los detalles de su venta, por si acaso). Desafortunadamente me informaron sólo sobre ésto último, -que no es poco, tal como están los tiempos-, pero no se molestaron en buscar los datos que pudieran tener sobre su origen, -lógicamente tendrían más cosas que hacer y pensarían que si estaba interesado los buscase yo-. A ver si algún día coincidimos y contrastas el marroquín en vivo.
ResponderEliminarSaludos.
Pues nada, es un motivo estupendo para vernos...
ResponderEliminar¡Magnífico libro!
¡Una maravilla!
ResponderEliminarEs un hermoso libro, mejor es una “obra de arte sobre papel” (muy feliz tu expresión amigo Marco Fabrizio).
Grabados de una belleza extraordinaria y de traza bien exquisita.
¡Una delicia para la vista!
Gracias por compartirlo con nosotros.
¡Saludos y felicitaciones bibliófilas!
Gracias por tu comentario, Rui. He aprovechado para añadir un par de fotografías más.
ResponderEliminarSaludos
estos dibujos son de verdad una maravilla tienen mucho arte
ResponderEliminarSiento el retraso en el comentario, pero sólo hoy he visto esta entrada. Preciosos los grabados, una auténtica joya para la vista. Muy interesantes también -como siempre- tus informaciones sobre la historia del libro. ¡Incluso para no bibliófilos!
ResponderEliminarNo importa el retraso, precisamente la ventaja de los blogs temáticos, que no están muy sujetos a la actualidad, es que las entradas se pueden leer en el momento de su publicación o mucho más tarde, y da lo mismo. De hecho las modificaciones que he ido haciendo en el diseño del blog han sido un poco para mantenerlas activas todas, y con la columna de últimos comentarios se van siguiendo con facilidad los comentarios que se van haciendo en las más antiguas. Me alegro de que te haya gustado el libro, según vaya teniendo oportunidad iré poniendo más grabados de estos, porque en efecto, son preciosos.
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