lunes, 19 de noviembre de 2012

PAPELES QUE ENCUENTRO EN LOS LIBROS, PAPELES QUE ENCUENTRO POR CASA.

    Contaba ayer un humorista a los periodistas que aguardaban declaraciones a la salida del tanatorio donde su familia y amigos velaban a Miliki, que se había encontrado con él pocos meses atrás, en un restaurante. Contaba que el viejo payaso le decía que en estos tiempos, sobre todo en estos tiempos, hay que hacer reir. Yo carezco de ese don, atrapado como estoy en una mente que tiende al romanticismo trágico cuando a quien realmente admiro es a Ibáñez o a Groucho Marx, pero al menos una sonrisa sí creo que puedan merecer los papeles que vienen a continuación. Todo aquel que frecuenta los libros viejos sabe que de un libro puede salir casi todo tipo de cosas. La responsabilidad es de quienes a veces con descuido y otras con entusiasmo infantil las metemos dentro. En uno de los dos volúmenes de la primera edición de la Historia del Nuevo Reino de Granada, de Juan de Castellanos, que se hizo en 1886 a partir del manuscrito procedente de la señalada biblioteca de don Pedro de Aragón, apareció este papel.




     Por suerte, quien se olvidó el papel en el libro lo puso al final, pero aun así ha dejado una bonita marca sobre la última página del índice y el colofón. Al tratar de desplegarlo se rompió limpiamente por las lineas de doblado. Es la publicidad de uno de esos espectáculos casi siempre itinerantes que con diferentes técnicas anticipaban el cinematógrafo y tan populares fueron en las sociedades decimonónicas. El Gran Museo Universal consistía en un conjunto de reproducciones artísticas de gran tamaño presentadas mediante un procedimiento óptico que lograba en el espectador un efecto de sorprendente realismo. La exposición se renovaba estratégicamente cada cierto tiempo, como se puede ver en la simpática advertencia que hay debajo del precio. Al Gran Museo Universal de monsieur Estrade-Berdot se le puede seguir la pista en las hemerotecas digitales a través de las reseñas que los diferentes periódicos locales iban haciendo de sus instalaciones (Córdoba, 1882, Alcoy, 1883, Alicante 1884, Madrid, 1887, Jerez. 1894, Alicante, 1897, Reus, 1898...)



   Ese mundo de exposiciones ópticas, que es también el de los teatros de variedades, las ferias, las atracciones ambulantes y los grandes circos clásicos apenas sobrevive ya, pero cuantos fuimos niños en la España de los años 70, los que ayer esbozamos una sonrisa triste, todavía pudimos conocerlo en parte. Quienes son niños ahora, por el contrario, tienen otros estímulos, otras referencias, y verán todo esto con la perplejidad indiferente de estar contemplando la prehistoria. Pero también dejan el rastro de sus diversiones en papeles que olvidan en lugares insospechados y que van a acabar, del mismo modo, en el interior de un libro.



 Editado el 3/12/2.012. Oportunamente se inaugura hoy en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense una exposición dedicada a los singulares objetos que pueden aparecer en los libros antiguos. Muy acertadamente hay también una exposición virtual, mediante la cual quienes no vivimos en Madrid podemos asomarnos a ella.

18 comentarios:

  1. Los objetos abandonados es uno de los alicientes de la bibliofília. ¿Cuantas veces un nota manuscrita, hoja abandonada como punto de lectura... nos ha decidio por la compra del libro?

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    1. Eres rapidísimo, Galderich. ¡Todavía estaba pensando si poner alguno más!
      Un abrazo

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  2. ¡Qué entrada, Urzay! ¡Grande de verdad!
    ¡El Gran Museo Universal! ¡Museo artístico-óptico! Es todo tan "victoriano", tan romántico, tan decimonónico... ¡seguro que era un espectáculo! Hay algo en esas ferias, circos antiguos y fantasías ambulantes que resulta cautivador. Arte de la extrañeza y la extravagancia.
    Saludos.

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    1. Desde luego, tenía que ser un espectáculo fascinante. ¡Quién pudiera verlo! Y en efecto, esas descripciones, "se exiben por medio de la refracción óptica-monocular". Y la sutileza con la que advierte que han renovado las diosas del gabinete mitológico...
      Saludos

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  3. Existía un blog de una librería de Buenos Aires dedicado a los objetos encontrados en el interior de los libros. Se llamaba Las Otras Historias y solicitaban la colaboración de sus clientes y lectores.
    Ya no lo encuentro creo que el proyecto se abandonó.
    Como experiencias propias, encontré una carta de agradecimiento relacionada con el libro que la contenía a la que otorgo más valor que al propio libro, una cirila, billetes de autobús...
    Por cierto, no sé si reir o llorar ante la muestra de inocencia infantil.

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    1. Me acuerdo de haber visto esa web de la que hablas enlazada en una entrada del blog de Elena Rius, pero ahora que lo busco, es verdad que no se puede entrar, parece que ya no existe. Un pena, porque era una iniciativa curiosa. Lo que comentas de reir o llorar: reir, siempre reir, si se puede.
      Un saludo

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  4. La verdad es que casi siempre produce cierta emoción encontrar esos objetos abandonados en los libros y pensar en el tiempo que llevan allí. Yo, desde mi experiencia como catalogador de libro antiguo, he encontrado de todo: hojas y flores secas, hojitas de un día determinado de un almanaque, billetes de metro de hace cuarenta años, publicidad antigua, propaganda de la Guerra Civil, naipes antiguos, bichos fosilizados (esto produce menos emoción), trozos de papel manuscritos, oraciones y esquelas, balas... Como gran curiosidad me acuerdo de que hace unos años encontraron en un libro del siglo XVI de la biblioteca de la Universidad de Salamanca un preservativo del siglo XIX. Saludos.

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    1. La mayoría de los objetos que comentas me los puedo imaginar dentro, ahora, las balas ya resultan bien chocantes. ¿Eran de la guerra civil? Si es que los libros valen de parapeto y todo. Espero que el libro donde estaban no fuese muy valioso. Lo de los preservativos ya es realmente lo último que nadie esperaría encontrar en un libro. De eso sí me acuerdo haberlo visto en televisión. Lo he buscado en youtube, y sale la noticia de la agencia EFE, así que la enlazo, aprovechando que lo comentas. Sin palabras.
      Saludos

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    2. Efectivamente eran de la guerra civil. Los libros antiguos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Complutense sirvieron como parapetos en la defensa de Madrid. Muchos libros fueron destruidos y en otros apareció en su interior un proyectil, aunque lo más habitual de estos libros fuera encontrar un agujero de entrada y otro de salida con la consiguiente trayectoria a través de todo el libro. La verdad es que impresiona bastante verlo. Pongo aquí un enlace a un artículo en el que se explica bien este capítulo tan trágico para la biblioteca de la Complutense.

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    3. He estado leyendo el artículo y realmente resulta curioso, por no decir tremendo. Muy interesantes las fotografías también. Muchas gracias por enlazarlo, Carlos.

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  5. Estupendo hallazgo (¡cuánto me hubiese gustado visitar ese Gran Museo!) y enternecedora la nota infantil. Gran entrada, te felicito.

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  6. Este tipo de notas se las dejan entre sí las dos hermanas constantemente, lo que pasa es que normalmente permanecen en la clandestinidad. Pero de vez en cuando se olvidan alguna por ahí y se la podemos pillar. Son realmente simpáticas, la verdad. Muchas gracias por tu comentario, Elena.

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    1. Urzay, espero que estarás haciéndote un archivo de las notas infantiles (las que puedas pillar, claro). Dentro de unos años, incluso ellas te lo agradecerán.

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  7. Sí, son muy interesantes estos fragmentos de la historia que han pasado los libros, épica como las balas o las citas para duelos, publicidad, hojas o flores secas o de seducción (lo del preservativo del XIX me ha conmocionado y espero que estuviera sin usar, ¡buaj!).

    Hace unos días mirando una biblia de mi abuelo encontré publicidad de los Testigos de Jehová que el hombre había dejado allí supongo que por afinidad.

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  8. Muy bueno, la anotacion mas rara que he encontrado.fue entre los legajos de una familia, durante dos siglos,de un pueblo,el borrador a lapiz, del señor de la casa, redactando que no habia tenido nada con la asistenta, y que los sucesores guardasen el papel 100 años,no tiene precio.jajaja

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  9. ¡Qué buena entrada! Y yo tan distraída con el final del curso me la había perdido...
    El gabinete de las diosas mitológicas es fabuloso ¿cuánto más sería el real (puesto en mayúsculas) que costaba la entrada a ese "segundo salón"? Para mí que toda la publicidad era una excusa para avisar de esa renovación, seguramente el salón con más visitantes.
    El desafío infantil me encanta, es una bendición que jueguen entre ellas, al menos para duelos Nijitsu. A mí me mandan notas de pedidos de disculpas con dos recuadritos que dicen "¿me perdonás? SI - NO" donde hay que poner una cruz en lo que se elija. Los formularios se han metido en la vida infantil con fuerza, parece.
    Ah, y elicitaciones por la buena ortografía, es un bien escaso por estos lugares.

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    1. Muy buen ejercicio de agudeza, Julia, esa parece ser la clave del anuncio. Un real era la cuarta parte de una peseta, y visitar las diosas del gabinete mitológico renovadas, ese segundo salón, costaba un real adicional. O probablemente se podía visitar de forma independiente, y tan solo tenía que gastar un real quien estuviera únicamente interesado en admirar con gran realismo la belleza de las diosas. ¿La mayoría?
      Muy simpático el formulario de disculpas, me temo que las del ninjitsu eso lo practican poco, en cualquier manera.

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  10. Y pensar que creemos que el 3D es el no va mas!Donde esté una reproducción oleo-foto-óptica con refracción óptico-molecular que se quiten Avatar, Spielberg y demás chorradas. Lástima que nunca sabremos si hubo duelo o si era un gallina.
    Un abrazo.

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